Hemos dejado que actuaran los fermentos durante el fin de semana.
Si bien el jueves y el viernes era movido de tiempo en tiempo este caldo "grumoso", el sábado y el domingo quedaronse tranquilos y pausados.
La presencia de la espuma es indicación de este tramo de la acción de las levaduras que la uva conlleva en su propio pellejo, y el aire, la temperatura y el tiempo, suman su labor en este proceso.
La tarea de hoy lunes ha consistido en retirar la plasta orgánica.
Con este embudo que permitía se colase algo de pulpa hemos procedido.
Puesto que las uvas originarias eran "de todos los colores", esta es la tonalidad que va tomando el caldo, un tanto "clarete".
Poco a poco, el filtrado "grueso";
pero al "deshecho" lo apartamos en esta tela para darle el últimos "achuchón".
Asoma la garrafa en la que vamos acopiando este rico y deseado mosto.
y apretando, y apretando, sacarle todo el jugo que nos es posible... ¡Chicos, "que valdrá un florín cada gota"!
el olor que ahora mismo desprende se asocia al "zurrache" propio de la Alpujarra... creemos ir por buen camino.
HASTA AQUÍ LO ANDADO:
El miércoles, morturamos la uva y empezamos el proceso en el recipiente dispuesto.
El jueves y el viernes respetando el reposo, de vez en cuando meneábamos. El fin de semana, reposo absoluto.
hoy lunes retirada de la masa gruesa y colocación en la garrafa, la cual se ha quedado cubierta con una tela . Así hasta el miércoles.
